La Primer Patadita

La primer patadita llegó de sorpresa y de manera un tanto confusa. En mi imaginario pensaba que iba a ser una super patada que iba a dar cuenta de que mi bebé estaba allí, pero eso no fue ni de cerca lo que terminó ocurriendo, básicamente porque ni siquiera la pude distinguir automáticamente.

Estaba un día aproximadamente a las 7 de la tarde en mi sillón mirando la televisión después de un día agitado de trabajo y sentí algo raro en mi estómago. Al principio dudé de si se trataba de un espasmo muscular, al estilo de los que a una le dan cuándo comió por demás. Ya habíamos entrado en el tercer mes de embarazo y me preguntaba cuando iba a sentir la presencia del bebé más allá de los síntomas normales que dan cuenta de un embarazo: falta de menstruación, ganas de vomitar todo el tiempo y ecografías que dejaban ver a Dr. Pipino creciendo en mi interior.

Automáticamente le consulté a mi novio que pensaba y me dijo que para él era una patadita, pero yo seguía medio dubitativa al respecto. Solo cuando el “espasmo” se volvió repetitivo en el mismo lugar me di cuenta de que mi bebé estaba manifestándose. Fue un momento realmente emocionante, el sentirlo por primera vez. De a poquito los movimientos se fueron intensificando y volviendo más frecuentes. Hasta que en el último trimestre de embarazo esas pataditas se convirtieron en un partido de fútbol, que tenían como principal escenario la boca de mi estómago y se activaban principalmente de madrugada causándome una acidez y malestar de estomago terribles!. Éste hecho también me permitió ir adelantando cómo sería su personalidad: inquieta y movediza (lo cual se comprobó también tras haber salido de mi pancita 🙂 ).

En conclusión la primer patadita fue perfecta!, dado que dio indicio de manera tímida y escalonada del primero de miles de contactos que tendríamos a lo largo de la vida mi bebé y yo.

¿Y tu experiencia como fué?